¡Enhorabuena! Ya has llegado al cuarto y último post de la serie “Cómo ser un eco viajero” que iniciamos el pasado 3 de marzo con motivo del Día Internacional de la Naturaleza. Hoy hablaremos de cómo planificar el viaje teniendo en cuenta la sostenibilidad y el impacto sobre el planeta. Porque viajar no está reñido con el respeto a la sociedad de acogida y el medio ambiente.
Un síntoma de que algo se mueve dentro del sector es la aparición de webs como Wecoplan, un buscador de propuestas de turismo sostenible en España o la aparición de la app Wayak, la Earth Friendly Travel App» como ellos se describen.
¿Somos capaces de dejar “una huella positiva” en el planeta durante nuestras vacaciones?
Nos hemos acostumbrado a los viajes low cost, y es difícil que el turismo responsable sea de bajo coste. En esos viajes no se tiene en cuenta el impacto económico, social y ambiental. Pero eso está cambiando. Cada vez son más los viajeros dispuestos a pagar un poco más por tener alojamientos, desplazamientos y actividades en destino más sostenibles.
Existen varias agencias de viajes que ya organizan viajes sostenibles donde podremos experimentar las comunidades locales y la naturaleza de forma auténtica y significativa. Estos viajes tienen elementos de inmersión cultural, aventura, aprendizaje y sostenibilidad, así que es más que ser un turista pasivo. También ofrecen programas de voluntariado para vivir una experiencia más profunda y larga en el país, involucrando al viajero en proyectos sociales o ambientales.
Recuerda que el turismo responsable:
- Minimiza los impactos negativos desde el punto de vista económico, ambiental y social.
- Involucra a la población local en las decisiones que afectan a sus vidas y a sus oportunidades, mejorando sus condiciones de trabajo y el acceso a la industria.
- Ofrece experiencias más agradables a los turistas a través de conexiones más significativas con la población local, y de una mayor comprensión de las cuestiones culturales, sociales y ambientales locales.
- Contribuye positivamente a la conservación del patrimonio natural y cultural.
- Promueve el respeto entre turistas y anfitriones y contribuye al orgullo y a la confianza local.
Si quieres ser un eco-viajero y no dejar huella negativa a tu paso, viaje de una forma más responsable. El planeta nos lo agradecerá.
Anímate. Porque no hay Planeta B.